Una vez más las entidades bancarias han decidido poner en marcha una campaña de ESTAFA respecto de los consumidores que poseen tarjetas revolving, puesta en marcha además en una situación delicada como la que estamos viviendo actualmente por el COVID-19.
La estrategia, (como ya ocurrió hace unos años con la conocida cláusula suelo, y como también ha comenzado a la par con el IRPH,) consiste en llamar a aquellos clientes que poseen este tipo de tarjetas, bajo el pretexto de que han sido seleccionados, o de que quieren mejorar su situación económica (que buenos son los bancos) y les ofrecen una bajada de los tipos de interés de tarjetas revolving, que oscilan entre el 22% y 27%, dejando por tanto el tipo de interés oscilando entre el 18 y 20%, siguiendo de todas formas y a pesar de la reducción siendo un interés totalmente desproporcionado.
Como bien ocurrió con las cláusulas suelo, aprovechan ese marketing para obligar a los consumidores (sin que estos lo sepan) a que renuncien a cualquier devolución que les corresponda; pero eso no es lo peor, lo peor es que se renuncia a interponer cualquier demanda judicial.
¿Y por qué estos es lo peor? Porque con una demanda judicial se conseguiría que el la deuda se quedase sin intereses, con independencia de que proceda devolución o no, es decir, el consumidor solo debería pagar lo que le prestaron, sin intereses. Y si debido a esos intereses abusivos se ha superado esa cantidad, entonces se tendría derecho a devolución.
Si no se tiene derecho, el tiempo que te quede hasta terminar de pagar la deuda sería, reiteramos, sin intereses.
Por eso os RECOMENDAMOS QUE NO FIRMEIS NADA CON LA ENTIDAD BANCARIA, pues si se renuncia a demandar y a la devolución, el cliente estará muy perjudicado.
Si necesitáis saber más sobre este asunto, contactad con Cláusulawin